La trilogía que no falla a la hora de conseguir resultados físicos visibles (tanto estéticos como a nivel de salud) se compone de nutrición, deporte y descanso. Una alteración en alguno de estos tres factores puede hacer que la balanza se desequilibre y los resultados obtenidos en los entrenamientos se vean comprometidos. Actualmente, un método de entrenamiento muy popular es el CrossFit, cuyos ejercicios se realizan en sesiones de 60 minutos.

Este tipo de entrenamiento se centra en los movimientos funcionales, es decir, en las acciones naturales del cuerpo humano que casi cualquier persona puede realizar (saltar, empujar…). Uno de los ejercicios más frecuentes y conocidos, que pueden incluirse en las rutinas de CrossFit, son las sentadillas. Ahora bien, cada persona es un mundo: la edad, el estado de salud, las condiciones físicas particulares y el objetivo que se pretende lograr son algunos factores que evidencian la necesidad de que el entrenamiento se ajuste lo máximo posible a cada uno de estos aspectos. Los entrenadores profesionales se ocupan de personalizar las sesiones de CrossFit, para que se adapten a las necesidades individuales de los deportistas.

Ahora bien, aparte de un plan de entrenamiento personalizado, es también importante seguir una nutrición deportiva adecuada, acorde al entrenamiento. Esto es fundamental para evitar descompensaciones que puedan llevar a un caso de incremento de peso, sin pérdida de grasa ni ganancia muscular, o al punto opuesto: mantener una dieta crossfit insuficiente que no proporciona la energía necesaria para efectuar el ejercicio físico con la intensidad y frecuencia con las que se hace.

Víctor de la Cruz es uno de esos entrenadores que, además, de diseñar un plan de CrossFit para sus clientes, también se encarga de enseñarles a comer. Como especialista en nutrición crossfit, está cualificado para ayudar a las personas a saber qué productos escoger, cuánta cantidad consumir de cada uno, en qué momentos del día tomarlos y, en definitiva, cómo organizar sus comidas de una manera que contribuya a alcanzar los objetivos marcados. 

No importa si el deportista es o no principiante, una alimentación crossfit bien configurada es clave para rendir al máximo en el entrenamiento.

Indice

¿En qué consiste el entrenamiento CrossFit?

Se considera que el CrossFit es un entrenamiento de alta intensidad, lo que popularmente conocemos como HIT (por sus siglas en inglés). Las actividades aeróbicas se combinan con otros ejercicios centrados en la fuerza, la agilidad y la potencia. Por lo tanto, es un entrenamiento bastante completo y asequible, porque el peso del propio cuerpo ya es material suficiente para empezar a trabajar. Por supuesto, en el CrossFit también se utilizan herramientas adicionales como: pesas, cuerdas (saltar a la comba), balones medicinales… Todos estos ejercicios se organizan en sesiones de entrenamiento llamadas WOD.

¿Son necesarios los carbohidratos?

Inevitablemente, sí. Los carbohidratos son indispensables en la dieta de un deportista y, en las sesiones de CrossFit, que son exigentes a la par que muy completas, la energía procedente de estos es necesaria. En las WOD llega un momento en que el cuerpo recurre al glucógeno, que a grandes rasgos puede definirse como una reserva energética de la que el organismo obtiene energía para utilizar de forma inmediata. Por eso es vital una ingesta adecuada de carbohidratos, para que esta reserva sea suficiente.

La dieta sigue tras el entrenamiento

Es importante prestar atención a los alimentos que se ingieren antes y después del entrenamiento, pero sin perder de vista la hidratación. En este último caso, la cantidad de agua que debería ingerirse durante las sesiones de CrossFit es de medio litro aproximadamente. Y, una vez finalizada la sesión, conviene recurrir a alimentos (por ejemplo: en la cena) más o menos líquidos. Se recomiendan: gazpachos, cremas, sopas, batidos de verdura…

Algunos aspectos generales de la dieta CrossFit

Víctor de la Cruz, como especialista en nutrición CrossFit, diseña las dietas incluyendo:

  • Proteínas magras, sin grasa, procedentes de carnes blancas (como el pollo o el pavo). También se encuentran en el pescado y en las claras de huevo.
  • Quinoa, una semilla que estabiliza el nivel de azúcar en sangre, lo que permite mantener constante la energía durante la rutina de CrossFit.
  • Aguacate, el cual es una fuente de grasa tan saludable como la del aceite de oliva virgen extra. Es necesaria para la salud del corazón.
  • Plátanos, como fuente de minerales con los que compensar los minerales perdidos durante el entrenamiento.
  • Frutos secos (nueces y almendras). Contienen proteínas, grasas saludables y fibra.
  • Verduras verdes, para las vitaminas. El brócoli, las acelgas y las espinacas son buenas opciones. Fortalecen el sistema inmunitario y los huesos.

Como se puede comprobar, todos los alimentos anteriores no aportan por sí mismos calorías exageradas, sino que son más bien bajos en calorías, pueden quemarse fácilmente y, sin embargo, combinándose de forma adecuada, y en las cantidades correspondientes, permiten que el deportista cuente con una nutrición bien diseñada, que le proporcione la energía necesaria para sus rutinas de CrossFit.